Ingvar Emilsson, un oceanógrafo con visión

Por: Miguel Ángel Alatorre

A la memoria del Ingvar Emilsson

Corría el año de 1974. Navegábamos a bordo del barco de la armada de México “Mariano Matamoros” investigadores, técnicos y estudiantes de la UNAM y de la Secretaría de Marina. Nos convocaron a participar en un experimento de observaciones meteorológicas y oceanográficas llamado GATE que tenía como objetivo investigar el Atlántico Tropical que es una zona donde se generan los huracanes. En este proyecto de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) participaron muchos países, todos concentrados en esta zona del Océano Atlántico

Participaron 38 barcos de varios países y a México se le asignó un punto al norte de Brasil. Cada 4 horas en forma sincronizada se realizaban lanzamientos de globos sonda para monitorear la atmósfera y calas oceanográficas para detectar los cambios en la columna de agua.

El Dr. Ingvar Emilsson estaba a cargo de la oceanografía física, pero además de cumplir con los objetivos del proyecto, como buen científico, tenía una visión mucho más amplia: ideó otras observaciones como la que voy a relatar a continuación.

En estos años la oceanografía tanto en México como en el mundo entero estaba realmente en sus inicios. La instrumentación era muy limitada comparada con la de la actualidad, por ejemplo, la para la navegación se utilizaba el sextante. Un experimento tradicional en oceanografía era el lanzamiento de “botellas de deriva”, sí, literalmente “botellas” (en la actualidad se lanzan boyas con posicionamiento GPS). Al Dr. Emilsson se le ocurrió lanzar 5 000 botellas en la trayectoria entre México y esa localidad asignada al norte de Brasil, con el objetivo de monitorear las corrientes oceánicas.

Primer punto a resolver: ¿cómo conseguir 5 000 botellas? El Dr. Emilsson contactó con la compañía vinícola Domecq y obtuvo la donación de los frascos.

Siguiente punto: la tarea de armar las 5 000 botellas. Para esto contó con la colaboración de la Secretaría de Marina y del oceanólogo Manuel Mancilla que pertenecía al Centro de Ciencias del Mar de la UNAM. Manuel Mancilla, conjuntamente con un grupo de marineros, armaron las botellas que contenían un lastre de cemento para que flotaran en forma vertical y solo sobresaliera el tapón para que fueran arrastradas esencialmente por la corriente marina. En el interior se introdujo un cuestionario redactado en español y en inglés, para que quien encontrase la botella indicara su posición geográfica, la fecha y las condiciones de la botella y enviara por correo esa información. Había que agregar un incentivo para que efectivamente se enviase esa tarjeta. Se planeó que a vuelta de correo se le enviaría una artesanía mexicana (también obsequiada por la misma compañía) al informante. Finalmente, la botella se sellaba para evitar que se hundiera.  

Las botellas fueron lanzadas por paquetes de una docena a lo largo de la trayectoria anotando la posición y fecha de lanzamiento. En este tipo de experimentos el porcentaje de recuperación es de alrededor de 5%.

¿En dónde radicó la visión del Dr. Emilsson? Primero en llenar un vacío de información existente en esa época aprovechando otro proyecto y en saber buscar los recursos de fuentes no convencionales.

Esas observaciones realizadas en esa época son de gran utilidad en la actualidad, concretamente, con el problema de los arribazones del sargazo en el Caribe tanto en México como en otros países. Como ejemplo en este mapa se muestra uno de los lanzamientos (de las 12 botellas se recuperaron 2), una en las proximidades de Honduras y otra en Puerto Morelos, México, donde hay un problema grave de arribazones de sargazo.

Map

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El mapa indica la secuencia del lanzamiento (81) y el máximo número de días que navegaron las botellas (147 y 186 respectivamente). En este tipo de observaciones solo se conocen las coordenadas del punto inicial y final, pero son útiles para indicar patrones de corrientes, en este caso efectivamente explica la trayectoria del sargazo y en un futuro pueden utilizarse con otros fines.

Este ejemplo es una muestra de la gran visión del Dr. Emilsson, que aportó mucho a la oceanografía física en México.

2 thoughts on “Ingvar Emilsson, un oceanógrafo con visión

  1. ¡Qué bueno que decidieron recordar el aniversario luctuoso del Dr. Emilsson y además algunos de sus experimentos para impulsar y conocer mejor la Oceanografía en nuestros mares!

  2. Formé parte de la primera generación del posgrado en Oceanografìa de la UNAM. Qué placer trabajar con el Dr. Emilsson y su fiel escudero Manuel Mancilla. Los demás profesores eran marineritos de agua dulce, que se embadurnaban de bloqueador solar, se colocaban un sombrero y luego no se atrevían a salir al sol. Especialmente el profesor de oceanografía biológica.

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